LAGUNA DE GREDOS

sábado, 24 de noviembre de 2012


EL PORQUERO
En la época de los años 1.945-50 e incluso hasta los ochenta, en toda la zona de Castilla León, al menos en las zonas rurales la alimentación de su población fundamentalmente dependía  de los productos “caseros” tales como la leche, los huevos,  las patatas y el cerdo, que cada uno producía en su propia casa. Pero de todos ellos el que más destacaba era el cerdo con el cual se hacían unas “matanzas” que significaba una fiesta para todos y asegurarse el alimento casi para todo el año.  En Salobral como en el resto de los pueblos Castellanos en cada casa, cada vecino tenía dos o tres cerdos e incluso alguno tenían más, ya que las familias por entonces eran bastantes numerosas,  y como digo la matanza era fundamental para la alimentación de todos los miembros de las familias. Es ahí cuando aparece la figura del “Porquero” que en realidad era el guarda de los cerdos y que por las mañanas cada vecino salía con sus cerdos a un sitio determinado donde allí les espera el “Porquero” que se encargaba de guardar los cerdos durante todo el día en el campo. Ya por la tarde regresaban  “gruñendo” y armando un revuelo en las calles del pueblo con sus gruñidos y cada uno iba corriendo directamente hasta su pocilga donde les esperaba la comida que les tenían  preparada.    Este pastoreo por el campo lo hacían hasta el mes de septiembre para después quedarse en la “Pocilga” donde se alimentaban a base de cereales especialmente de cebada hasta coger el peso adecuado para su sacrificio, que sería desde el mes de noviembre hasta en mes diciembre e incluso hasta enero. Desde aquí quiero rendir un homenaje a la figura del “Porquero” y a la del “cerdo” sin los cuales  hubiera sido muy difícil la alimentación de la población rural de la época.-

martes, 31 de julio de 2012

LOS SEGADORES


Con la llegada del mes de julio se acentuaban los trabajos del verano, y así se empezaba segar la cebada, después el centeno y a continuación el trigo. Para hacer estos trabajos llegaban los segadores que procedían generalmente de la provincia de Toledo y casi siempre hacían su trabajo en la misma casa, es decir que si este año lo hacían en casa de “tío” fulano o “tío” mengano, al año siguiente repetirían en la misma casa. Así por ejemplo yo recuerdo una cuadrilla que venía de Navalcan (Toledo), y que lo venía haciendo desde tiempos de mis abuelos y después lo hacían en casa de mis padres. También había otros segadores que eran de un pueblo cerquita de Salobral, (Solosancho) pero estos siempre contrataban la siega  a destajo, es decir que llegaban a un acuerdo con el dueño de  los cereales y ponían un precio por la totalidad de la siega y así no dependían de nadie y de esta manera,  cuanto  antes terminarán la siega, ante cobraban lo acordado y estarían libres para concertar otro trabajo. Pero los destajos siempre eran muy duros, las cuadrillas de los destajeros, se quedaban a dormir en el corte, es decir dormían en los rastrojos y la jornada empezaba antes de que fuera de día y siempre terminaba de noche. En Salobral había dos casas de labor  “grandes”, estas eran de los que por aquella época se les llamaba “señoritos” Dª Herminia Salvadios y D. Miguel Castillo, en los dos casos eran los grandes terratenientes de pueblo y siempre contrataban la siega a los destajeros de Solosancho. En estas dos casas había un gran número de criados, que dirigidos por un “mayoral,” eran los encargados de realizar las labores de la labranza, tales como hacer  los barbechos y la siembra así como acarrear la mies a la era donde se procedía a trillar y limpiar el grano para después llevarlo al granero. También contrataban a los agosteros y trilliques, que hacían su servicio los días que duraba el verano.-

viernes, 13 de julio de 2012

TIEMPOS DUROS EN SALOBRAL


Con el mes de mayo llega el principio de las faenas más duras del campo, así  por ejemplo, se  comienza a escardar los cereales tales como la cebada y el trigo, esta escarda se solía hacer por las tardes después de haber soltado las vacas  al los prados para que pastaran, ya que desde por la mañana habían estado enganchadas al arado para hacer los barbechos y mientras las vacas pastaban, el labrador acompañado de sus hijos se dedicaban a escardar, (para descansar) después de haber estado todo el día arando. Esto era muy duro, pero aun seria más duro, ya a finales de mayo o primeros de junio, cuando se comenzaba a segar la hierba, que es uno de los trabajos más duros, ya que esta siega se hacía con la “guadaña”  una herramienta muy complicada para tenerla  a punto y muy difícil de conseguir que corte bien. La hierba segada debía de estar en el prado al menos dos o tres días para que se secara y así se convertía en heno, este heno se cargaba en los “carros” y se almacenaba en los pajares donde había que,   meterlo por una pequeña ventana (vocin). Esta faena a veces terminaba a las once de la noche, para el día siguiente volver a empezar, a las seis de la mañana todo el mundo “arriba” unos con las vacas a los prados, otros a escardar y cuándo llagaba las diez de la mañana, vuelta a enganchar las vacas al arado y a pleno sol a preparar los barbechos así hasta la cinco de la tarde. El mes de mayo era tremendo, pero no sería menos el mes de junio, en el que se empezaba a segar las algarrobas por la mañanita temprano, para después seguir a eso de las diez de la mañana haciendo barbechos con el arado y la pareja de vacas y por la tarde seguir encerrando el heno en los pajares. Estas “faenas” tan duras, para los jóvenes de hoy pare que son mentira, pero son tan ciertas como la vida misma.

jueves, 21 de junio de 2012

TIEMPOS DE ESCASEZ


Siguiendo con las  historias de Salobral y recordando momentos de aquella época tan difícil y tan dura para sus habitantes, llegamos a  el deseado mes de abril ya que por entonces los prados que se habían regado bien con el agua del rio Riofortes  y se empezaba a apuntar los pastos tan deseados por los ganaderos, a los cuales ya no les quedaban existencias de piensos en los graneros para asistir las necesidades de su ganado y se contaban los días que faltaban para la tan deseada fecha que seria a finales del mes de abril. Aunque no siempre en esa fecha se apreciaba que esa deseada hierva fuera tan abundante como para abastecer las necesidades del ganado, pero  no había otro remedio que sacar las vacas a los prados ya que en casa no quedaba ni un kilo de pienso y siempre sería mejor aprovechar la escasa hierva que quedarse en los establos donde no quedaba ni paja ni heno y mucho menos cereales. Los pastos  se aprovechaban en comunidad y cada ganadero aportaba el número de cabezas que le correspondía según la extensión de su propiedad y así se formaba un gran número de vacas las cuales eran guardadas por un vaquero que contrataban los ganaderos para este menester. El ganado se encerraba por la noche en una corraliza común y por la mañana a primera hora el vaquero se encargaba de sacar el ganado a pastar aproximadamente a la seis de la mañana hasta las diez de la mañana que volvería a encerrar en dicha corraliza. A las diez de la mañana cuando las vacas venían de pastar era el momento de “engancharlas” al yugo y el arado  para preparar los barbechos, faena muy importante para los agricultores que preparaban las tierras para la sementera próxima allá por el mes de Septiembre y Octubre. Esta faena de labor duraría hasta las cuatro de la tarde cuando las vacas se volvían a soltar para pastar con el resto de sus compañeras. Gracias a la rusticidad de estos animales bovinos se produjo el milagro de reducir el hambre y la miseria de aquella época, los años  de la mitad del siglo pasado.-

viernes, 18 de mayo de 2012

OTROS TIEMPOS

Como en Salobral (igual que en el resto de los pueblos del Valle Ambles) se seguía viviendo de la ganadería y de la agricultura había que producir cereales y fundamentalmente pastos para alimentar a la ganadería de manera especial al ganado vacuno con el cual se laboraban las tierras y además, de estas vacas se criaban unas terneras las cuales dieron fama a la famosa ternera de Ávila conocida por toda España. Bien pues en los primeros meses del invierno pasadas las fiestas de Navidad y Reyes, ya en el mes de Febrero se limpiaban los prados  y acequias para regar  con el agua del rio de Riofortes en  cual hacíamos una presa para desviar el agua por los prados que hay en la rivera del rio Adaja en su margen a derecha e izquierda por todo el Valle Ambles. Estos trabajos los hacían los “mozos” los cuales de manera proporcional a la propiedad de cada unos aportaban  uno o dos y hasta tres elementos para realizar estos trabajos que siempre resultaban agradables y entretenidos y sobre todo muy importantes ya que de su realización dependía el que en la primavera se criaran buenos pastos tan imprescindibles para  alimentar a tanto ganado. Como el invierno siempre ha sido muy largo y los almacenes de cereales más bien cortos, se calculaba que para San Marcos (24 de abril) ya debería de haber hierba en los prados para alimentar al ganado y para esa fecha se sacaban las vacas a pastar con el descanso que esto suponía para los ganaderos al no tener que alimentar al  ganado con piensos  que generalmente ya no les quedaban existencias. Eran tiempos  duros y de escasez pero gracias a estos animales bovinos, los cuales nos servían para labrar la tierra y  daban un ternero al año así como leche para alimentar a toda la familia. Habia un tipo de vaca que llamábamos (mixta) que era un cruce de una vaca rustica y un toro suizo la cual nos serbia para trabajar y para criar hasta dos terneros y atender a todas las necesidades de una familia aun que esta fuera muy numerosa, ya que son muy buenas productoras de leche.   HERAN OTROS TIEMPOS

martes, 20 de marzo de 2012

SAN ANTON.

Después de pasar la “función” de Salobral en la que se venera a San Martin, llegan los verdaderos fríos del invierno y las fiestas de Navidad que siempre se pasaban con una buena nevada igual que la Noche Vieja y la fiesta de los Reyes Magos. Por la comarca del Valle Ambles se extendía un refrán que decía: Por el veinte de enero, San Sebastián el primero, y en seguida algún mozo de Salobral decía: Alto varón, que primero es San Antón, que se celebra el día diecisiete de enero. Y es que el patrón de los animales es también el patrón de Salobral aunque en menor medida que San Martin que es el patrón principal. Antiguamente se celebraba San Antón de una manera muy singular que en nada se parece a como se celebra en el día de hoy, y es que los tiempos han cambia (y de qué manera) en aquella época se hacia la procesión con el Santo por todas las calles del pueblo, como se sigue haciendo en la actualidad y se tenía dos días de música y baile para los mozos como ahora, pero tenía otro significado especialmente para los más pequeños y no tan pequeños y era que el día de San Antón los chavales de doce o catorce años madrugaban antes de que fuera de día por la Mañana y hacían una gran hoguera en la plaza del pueblo, se colocaban unos cencerros cruzados a guisa de bandolera se tomaban una copa de aguardiente en el bar del pueblo, y se paseaban por las calles del pueblo haciendo sonar los cencerros vigilaban la salida de los animales, fundamentalmente las caballerías a las que daban una cencerrada causando la espantada de los animales y la indignación de los dueños que en el caso de alguno la indignación llegaba al límite, pero sin mayores consecuencias. Hoy a ningún chico de esa edad le daría por ponerse unos cencerros y levantarse a las siete de la mañana para dar cencerradas. Cosas de los tiempos.

sábado, 3 de marzo de 2012

EL INVIERNO EN SALOBRAL


La vida en Salobral allá por la mitad del siglo pasado giraba para sus habitantes en torno a la agricultura y la ganadería. En el campo y con el ganado trabajaba la inmensa mayoría, y en este sentido el invierno que  siempre ha sido muy duro, en aquella época era mucho más, ya que no disponían ni de luz eléctrica, y el frio había que combatirle a base de una gran lumbre que se hacía en la cocina. Las noches eran muy largas y para amenizarlas a la luz de un candil se leían novelas en torno a esa  gran lumbre que rodeaban en semicírculo todos los miembros de la familia que por entonces era muy numerosa. El trabajo en el campo en esa época del año era casi nulo ya que las grandes heladas impedían labrar la tierra y los hombres de Salobral, igual que otros de los pueblos limítrofes se las ingeniaban para hacer algo que pudiera ayudarles a ganar algún dinerito y todo el invierno se dedicaban a ser tratantes de ganado, es decir que, compraban ganado en los mercados que había la provincia que eran los siguientes: el lunes en El Barco, el martes en Piedrahita, y el miércoles en Villatoro y después los vendían en Ávila donde se celebraba el mercado el viernes de cada semana. Por lo general el ganado que se compraba en estos mercados, eran novillos y vacas que después se utilizaban para labrar la tierra, pero que había que educarles para  que cumplieran con ese cometido y después se vendían a muy buen precio ya educados en el mercado de Ávila, donde acudían muchos agricultores para comprar esos animales ya preparados para desarrollar esas tareas agrícolas. El ganado por entonces no se transportaba como ahora, ya que en aquella época  casi no existían los camiones y se llevaban andando de un sitio para otro, así desde el Barco y Piedarahita venían conducidos por los “arreadores” que desde el sitio de origen venían repartiendo animales por los pueblos del Valle Ambles, estos “arreadores” eran hombres que se dedicaban a este menester y eran pagados por los propios tratantes aportando cada uno según el número de animales que había comprado.

miércoles, 15 de febrero de 2012

EL LOBO EN EL VALLE AMBLES

Siguiendo con las historias de lobos en todo el Valle Ambles y de manera muy significativa en Salobral a principio y mediados del siglo pasado era muy frecuente ver por los pueblos de la comarca como  se paseaba a lomos de un burro un lobo que habían capturado y dado muerte en algún pueblo de la sierra.  No solo se capturaba a los lobos adultos sino que también se capturaba alguna cría de lobeznos y que igualmente se les paseaba por los pueblos del Valle donde a los que habían conseguido su captura, eran obsequiados con prebendas por los ganaderos agradeciéndoles el servicio prestado en defensa de sus ganados. Esta política de persecución del lobo fue tan intensa que, llego un tiempo en segunda mitad del siglo pasado que prácticamente hizo desaparecer a este  animal salvaje tan defendido por unos y tan denostado por otros, con la satisfacción de los ganaderos  que prácticamente se olvidaron de los ataques que en años anteriores sufrieron con tanta frecuencia. A partir de ahí, observando que casi no quedaban lobos en nuestra sierra, el gobierno de turno declaró a el lobo  como especie protegida y fue entonces cuando en unos cuantos años se ha multiplicado de tal manera que hoy en la actualidad los ganaderos vuelven a tener problemas con los ataques que reciben en sus rebaños. La situación actual es complicada, por una parte los defensores de los animales claman al cielo en defensa del lobo, mientras los ganaderos no claman menos, ya  que ahora están sufriendo bajas en sus rebaños que ya tenían olvidadas. Todo el mundo tiene derecho a vivir, pero para que vivan unos no deben de pagarlo los otros, los ganaderos no deben de tener nada en contra de los lobos que no sean las pérdidas que les ocasionan; y así debería de ser el Estado el que cargara con las perdida que los lobos ocasionan los ganaderos.

sábado, 11 de febrero de 2012

LOS LOBOS Y SALOBRAL

Bueno, ahora que en toda Castilla León se habla tanto de los estragos que están haciendo los Lobos  con sus diversos ataques a la ganadería extensiva, vienen a mi memoria los recuerdos de mi infancia que siempre estuvo ligada al mundo agrícola y ganadero. En Salobral (mi pueblo) como en la mayoría de los pueblos del Valle Ambles había mucho ganado en especial ovino que durante los días fríos de invierno, se les  trasladaba a Extremadura, para volver en el mes de mayo. A partir del mes de mayo las ovejas procedentes de Extremadura llenaban todo el Valle Ambles con sus enormes “mastines” y por las noches dormían en el campo  y el pastor se quedaba a dormir en un “Chozo” junto a su rebaño de ovejas para vigilar los ataques de los lobos que se producían con harta frecuencia. Estos pastores que tenían mucha experiencia en los ataques de los lobos, ya que en Extremadura los  habían sufrido con mucha frecuencia, contaban muchas historias sobre el tema. Así Ambrosio pastor ya de cierta edad nos contaba a los chavales de la época, que en una zona donde había muchos pastores a el grito de ¡¡Al Lobo, al lobo, al lobo! acudían desde todos los rincones todos los pastores para defender el ganado de aquel que había pronunciado el grito de ¡al lobo!, pero hubo un pastor Casimiro, que así se llamaba, que trato de reírse de los demás y pronunciaba el grito de ¡al lobo, al lobo,  al lobo! en más de una ocasión y cuando acudían los pastores para ayudarle en defensa de su ganado, se burlaba de ellos ya que no había ni ataques ni  lobos. Estas burlas que tanto le hacían reír al mencionado Casimiro, le costaría muy caro ya que cuando de veras llego el lobo, y necesito la ayuda de sus compañeros    cuanto más gritaba ¡¡ al lobo, al lobo, al lobo!! Menos   llegaban sus compañeros escarmentados por tanto como les había engañado Casimiro, y así los lobos le diezmaron su rebaño.

domingo, 5 de febrero de 2012

LA FIESTA DE SALOBRAL




LA FIESTA DE SAN MARTÍN

Después de una larga pausa, volvemos a reanudar nuestras historias de Salobral, la última había sido la del Esquileo que formaba  parte de la trilogía que habíamos descrito como: la matanza, el esquileo, y el día de la Función. Pues nada en eso estamos, el día de la Función, (esta palabra con el tiempo ha ido desapareciendo), ya que en el momento actual ya no se pronuncia, ahora se dice la Fiesta, pero el significado es el mismo. El día once de noviembre se celebra  la Función que venera el Patrón del pueblo, en este caso es San Martin.  Martin fue un asceta, un apóstol, un hombre de oración, muy influyente en toda la espiritualidad medieval. Su faceta principal fue la caridad. El gesto de Amiesn, dar media capa, fue superado, cuando siendo obispo, entrego su túnica entera a un mendigo gesto menos conocido, sus mismos milagros como los de Cristo, fueron milagros de caridad. Paso siempre haciendo el bien. En los años de 1.948-50 la fiesta de San Martin para la juventud del pueblo sigficaba muchas cosas que hoy casi no se pueden comprender nada más que por las personas que por entonces eran unos chiquillos. En primer lugar significaba “Fiesta” ya que casi no había otra en todo el año, y con la fiesta se compraba la ropa para ese día que se estrenaba con mucha  ilusión y que al menos debía de dúrales hasta el año próximo, o hasta que llegaba el “estirón” y se quedaba pequeña, se hacía baile para los jóvenes que esperaban estos días  con verdadera ilusión ya que luego en todo el año no había bailes. La Fiesta duraba tres días en los que el baile se ponía  en la puerta de la Iglesia y después cuando hacía mucho frio le hacían en el Salón del Ayuntamiento. Cada uno de los tres días tenía su significado, el primer día se celebraba la santa Misa y a continuación se recorría todas las calles del pueblo con San Martin en procesión llevado a hombros por los mozos del pueblo y acompañados por todos los vecinos  y por  los músicos y, después por la tarde noche, se hacia el baile que duraba hasta altas horas de la noche, aunque nada que ver con las altas horas que disponen los jóvenes actuales, pero que se disfrutaban de con mucha alegría  ya que como he dicho no se volverían a celebrar hasta el año siguiente.
El segundo día era el más importante para los mozos,  ya que desde por la mañana se recorrían todas las casas del pueblo en donde se tomaban los bollos que con anterioridad había hecho las madres de los mozos en aquellos hornos que había por aquella época, y “que bollos” Perrunillas, mantecados, bollos de soplo, madalenas  y una variedad completa de dulces caseros que siempre se acompañaban con unas copitas de anís coñac, aguardiente y que en muchas  veces terminaban por marear a los “chicarrones” de antes y entre algunos se disputaban cual era el que aguantaba mas “copas” y claro al final terminaban durmiendo el exceso de copas. Luego  se ponía el baile y como digo alguno no podía asistir por el exceso de copas que había tomado corriendo los bollos, pero por la tarde ya se habían recuperado y se encontraban en forma para seguir con la Fiesta, que como el día anterior duraría hasta bien entrada la noche.
Y ya para finalizar el tercer día era el más tranquilo, se hacía baile por la mañana y por la noche pero ya los mozos estaban más tranquilos, el primero y segundo día habían sido tremendos. A los músicos que casi siempre eran los mismos, se les invitaba a comer en las cas a de los mozos del pueblo que les distribuían entre las familias según el numero de mozos que tenia cada familia