Después de pasar la “función” de Salobral en la que se venera a San Martin, llegan los verdaderos fríos del invierno y las fiestas de Navidad que siempre se pasaban con una buena nevada igual que la Noche Vieja y la fiesta de los Reyes Magos. Por la comarca del Valle Ambles se extendía un refrán que decía: Por el veinte de enero, San Sebastián el primero, y en seguida algún mozo de Salobral decía: Alto varón, que primero es San Antón, que se celebra el día diecisiete de enero. Y es que el patrón de los animales es también el patrón de Salobral aunque en menor medida que San Martin que es el patrón principal. Antiguamente se celebraba San Antón de una manera muy singular que en nada se parece a como se celebra en el día de hoy, y es que los tiempos han cambia (y de qué manera) en aquella época se hacia la procesión con el Santo por todas las calles del pueblo, como se sigue haciendo en la actualidad y se tenía dos días de música y baile para los mozos como ahora, pero tenía otro significado especialmente para los más pequeños y no tan pequeños y era que el día de San Antón los chavales de doce o catorce años madrugaban antes de que fuera de día por la Mañana y hacían una gran hoguera en la plaza del pueblo, se colocaban unos cencerros cruzados a guisa de bandolera se tomaban una copa de aguardiente en el bar del pueblo, y se paseaban por las calles del pueblo haciendo sonar los cencerros vigilaban la salida de los animales, fundamentalmente las caballerías a las que daban una cencerrada causando la espantada de los animales y la indignación de los dueños que en el caso de alguno la indignación llegaba al límite, pero sin mayores consecuencias. Hoy a ningún chico de esa edad le daría por ponerse unos cencerros y levantarse a las siete de la mañana para dar cencerradas. Cosas de los tiempos.
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