LAGUNA DE GREDOS

martes, 20 de marzo de 2012

SAN ANTON.

Después de pasar la “función” de Salobral en la que se venera a San Martin, llegan los verdaderos fríos del invierno y las fiestas de Navidad que siempre se pasaban con una buena nevada igual que la Noche Vieja y la fiesta de los Reyes Magos. Por la comarca del Valle Ambles se extendía un refrán que decía: Por el veinte de enero, San Sebastián el primero, y en seguida algún mozo de Salobral decía: Alto varón, que primero es San Antón, que se celebra el día diecisiete de enero. Y es que el patrón de los animales es también el patrón de Salobral aunque en menor medida que San Martin que es el patrón principal. Antiguamente se celebraba San Antón de una manera muy singular que en nada se parece a como se celebra en el día de hoy, y es que los tiempos han cambia (y de qué manera) en aquella época se hacia la procesión con el Santo por todas las calles del pueblo, como se sigue haciendo en la actualidad y se tenía dos días de música y baile para los mozos como ahora, pero tenía otro significado especialmente para los más pequeños y no tan pequeños y era que el día de San Antón los chavales de doce o catorce años madrugaban antes de que fuera de día por la Mañana y hacían una gran hoguera en la plaza del pueblo, se colocaban unos cencerros cruzados a guisa de bandolera se tomaban una copa de aguardiente en el bar del pueblo, y se paseaban por las calles del pueblo haciendo sonar los cencerros vigilaban la salida de los animales, fundamentalmente las caballerías a las que daban una cencerrada causando la espantada de los animales y la indignación de los dueños que en el caso de alguno la indignación llegaba al límite, pero sin mayores consecuencias. Hoy a ningún chico de esa edad le daría por ponerse unos cencerros y levantarse a las siete de la mañana para dar cencerradas. Cosas de los tiempos.

sábado, 3 de marzo de 2012

EL INVIERNO EN SALOBRAL


La vida en Salobral allá por la mitad del siglo pasado giraba para sus habitantes en torno a la agricultura y la ganadería. En el campo y con el ganado trabajaba la inmensa mayoría, y en este sentido el invierno que  siempre ha sido muy duro, en aquella época era mucho más, ya que no disponían ni de luz eléctrica, y el frio había que combatirle a base de una gran lumbre que se hacía en la cocina. Las noches eran muy largas y para amenizarlas a la luz de un candil se leían novelas en torno a esa  gran lumbre que rodeaban en semicírculo todos los miembros de la familia que por entonces era muy numerosa. El trabajo en el campo en esa época del año era casi nulo ya que las grandes heladas impedían labrar la tierra y los hombres de Salobral, igual que otros de los pueblos limítrofes se las ingeniaban para hacer algo que pudiera ayudarles a ganar algún dinerito y todo el invierno se dedicaban a ser tratantes de ganado, es decir que, compraban ganado en los mercados que había la provincia que eran los siguientes: el lunes en El Barco, el martes en Piedrahita, y el miércoles en Villatoro y después los vendían en Ávila donde se celebraba el mercado el viernes de cada semana. Por lo general el ganado que se compraba en estos mercados, eran novillos y vacas que después se utilizaban para labrar la tierra, pero que había que educarles para  que cumplieran con ese cometido y después se vendían a muy buen precio ya educados en el mercado de Ávila, donde acudían muchos agricultores para comprar esos animales ya preparados para desarrollar esas tareas agrícolas. El ganado por entonces no se transportaba como ahora, ya que en aquella época  casi no existían los camiones y se llevaban andando de un sitio para otro, así desde el Barco y Piedarahita venían conducidos por los “arreadores” que desde el sitio de origen venían repartiendo animales por los pueblos del Valle Ambles, estos “arreadores” eran hombres que se dedicaban a este menester y eran pagados por los propios tratantes aportando cada uno según el número de animales que había comprado.